Un sacerdote, un rabino y un matemático esperaban pacientemente en el escenario a ser decapitados.
El sacerdote metió la cabeza en la ranura y el verdugo tiró de la palanca; la hoja de la guillotina se acercó a toda velocidad por la vía y se detuvo a unos centímetros del cuello del sacerdote.
El sacerdote proclamó que Dios había intervenido y lo había salvado de la ejecución; el verdugo tuvo que estar de acuerdo y dejarlo ir.
El matemático tenía una mirada incrédula, perpleja, en su rostro.
A continuación, el rabino metió la cabeza en la ranura, el verdugo tiró de la palanca y la hoja bajó a toda velocidad por la pista y se detuvo a unos centímetros del cuello del rabino. El verdugo estuvo de acuerdo en que Dios había intervenido de nuevo y había salvado también al rabino.
El matemático, más preocupado que nunca, metió la cabeza en la ranura y se volvió para mirar hacia arriba y notó algo que lo hizo sonreír.
Antes de que el verdugo pudiera tirar de la palanca, el matemático dijo «¡Espera un minuto, veo cuál es el problema! La pista tiene una pequeña almendra que bloquea el paso de la hoja». Quitó la almendra y anunció: «¡Ahí, debería funcionar bien ahora!» 😱😱😱
JAJAJAJAJAJAJA NO PUEDE SER JAJAJAJAJA 🤣🤣🤣🤣
