¿Por qué el espagueti nunca invita a la salsa a salir? Porque siempre termina enredándose en problemas. Una vez lo intentó, pero fue un completo desastre: la salsa se puso roja de la vergüenza, el queso se derritió y al final, hasta el pan quedó tostado de la risa. Desde entonces, el espagueti decidió que lo suyo era seguir siendo un plato solitario, soñando con el día en que la salsa lo invite a bailar… sin pasarse de salsa.