Un día, un granjero estaba cuidando su ganado cuando notó que una de sus vacas estaba completamente bizca. Llamó a un veterinario amigo para que revisara la vaca.
El veterinario echó un vistazo a la vaca, introdujo un tubo en el trasero de la vaca y sopló en el tubo hasta que los ojos de la vaca se enderezaron. El veterinario le cobró al granjero cien dólares y el granjero se fue a casa feliz.
Aproximadamente una semana después, los ojos de la vaca volvieron a estar bizcos, pero esta vez el granjero pensó que probablemente podría sanarla él mismo.
Entonces llamó a su empleado contratado, y juntos le pusieron un tubo en el trasero de la vaca.
El granjero acercó los labios al tubo y empezó a soplar. Curiosamente, no pasó nada, así que le pidió a su empleado que lo intentara.
El asalariado sacó el tubo, lo giró, lo metió en el trasero de la vaca y empezó a soplar.
«¿Qué estás haciendo?» preguntó el granjero, horrorizado.
«Bueno, no iba a usar el lado en el que TÚ habías puesto tus labios.» 🤢🤢😂😂
¡NO PUEDER SER JAJAJAJAJAJAJAJA! 🤣🤣🤣🤣
