La buena suerte corre bajo las mesas

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Un hombre muy supersticioso entra al salón de clases y le dice al profesor: «Perdone, ¿es verdad que si dejo la puerta entreabierta se escapa la buena suerte?». El profesor, sonriendo, responde: «Solo si la buena suerte es un perro con patas cortas y mucha prisa, ¡así que tranquilo y toma asiento!»