Un grupo de estudiantes de medicina asiste a su primera clase de Medicina Forense, todos ellos habían sido citados a la morgue y ya se hallaban parados rodeando una mesa donde había un cadáver que estaba tapado con una sábana blanca.
El doctor, un hombrecillo flemático hace su aparición diciendo:
– ¡Clase, buenos días, soy el doctor Filoteo, conmigo llevarán el curso en este semestre!-
-¡Como ustedes deben saber, en Medicina forense existen dos preceptos muy importantes y el primero es, no tener ESCRÚPULOS, es decir, no tener remordimientos por lo que se hace y acto seguido tira de la sábana dejando ver el cadáver de un hombre tendido boca abajo; inmediatamente introduce su dedo índice en el culo del muerto luego se lo lleva a la boca, lo chupa y dice:
-¡Hmmmm, delicioso! y mirando a los alumnos les espeta lo siguiente:
-¡Ahora, háganlo cada uno
de ustedes!
Los muchachos se sorprenden y se incomodan, al punto que empiezan a murmurar entre ellos.
Al notar la renuencia a su petición, el médico, introduce su mano en el bolsillo, saca una libreta y un lapicero disponiéndose a calificar.
Los estudiantes que no quieren empezar el ciclo de un curso de carrera con una mala nota, sin chistar empiezan uno a uno a introducir su dedo, llevarlo a su boca y chuparlo.
Casi simultáneamente, cada uno sale despavorido del lugar asqueado, escupiendo y maldiciendo al doctor.
Pasados unos quince minutos, todos los alumnos regresan a la posición en que se encontraban al inicio, bastante disgustados y molestos.
El doctor sin inmutarse les vuelve a decir:
-¡Clase, como les estaba diciendo, en Medicina Forense, existen dos preceptos muy importantes y acaban de conocer a uno de ellos!-
-¡Pero, el segundo es más importante que el primero y se llama OBSERVACIÓN-!
-¡Si ustedes no se dieron cuenta, a este muerto, yo le metí el dedo índice y me chupe el cordial; IDIOTAS, para la próxima vez, presten más atención PENDEJOS!!
jajajajajajajajajajaja
