¿Sabes por qué el tomate nunca pierde la calma? Porque aunque la situación se ponga picante, siempre tiene ketchup. Así que al pepino ‘le importa un rábano’, y juntos hacen el ‘aguacateo’ perfecto.
¿Sabes por qué el tomate nunca pierde la calma? Porque aunque la situación se ponga picante, siempre tiene ketchup. Así que al pepino ‘le importa un rábano’, y juntos hacen el ‘aguacateo’ perfecto.