El lingüista que nunca se esconde

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¿Por qué un lingüista nunca juega al escondite? Porque cada vez que alguien cuenta «¡uno, dos, tres, por mí y por todos mis compañeros!», se emociona tanto con la lingüística que quiere analizar la frase, y al contarles sobre fonemas y morfemas, termina siempre descubierto. ¡Quizás deberían jugar a «Encuentra al sujeto» en su lugar!