Dos amigos se encuentran después de años. Uno le pregunta al otro: «¿Seguís en el club de los optimistas?». El otro responde: «Sí, ¡por supuesto!». «¿Y cómo van las cosas?», insiste el primero. «No las mejores, ¡pero me gané la lotería del humor! Siempre veo el vaso medio lleno… de chistes malos, pero ahí vamos».