Un ciclista llega a una tienda a comprar una bicicleta nueva. El vendedor le dice: «Esta bicicleta es tan rápida que cambia de marcha con solo mirarla». El ciclista responde: «¡Perfecto! Mis piernas también cambian de marcha con solo pensar en subir una colina». El vendedor, mientras se ajusta la corbata, exclama: «Entonces, colega, el único problema será ver quién convence al viento de no adelantarte».