Bugtizando el hambre del programador

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¿Por qué el programador nunca tiene hambre durante su jornada de trabajo? Porque siempre está depurando errores, y cada vez que encuentra uno, exclama con satisfacción: «¡Bug-tizer servido!» Mientras tanto, su estómago intenta constantemente lanzar un «request» de comida, pero el firewall de concentración siempre bloquea la solicitud.