¿Por qué los relojes nunca tienen éxito en las relaciones? ¡Porque cada vez que intentan dar una segunda oportunidad, acaban en un embrollo de manecillas! Y cuando buscan estabilidad, ¡el péndulo siempre cambia de dirección! Así, entre tictacteos y segundas vueltas, prefieren quedarse colgados, ¡al menos nunca llegan tarde a una cita!