Un hombre entró a un restaurante extremadamente elegante. Al sentarse, el mesero le pregunta: «¿Desea el menú digital o el físico?» El hombre responde: «¡El físico, por favor! Estoy a dieta de bytes.»
Un hombre entró a un restaurante extremadamente elegante. Al sentarse, el mesero le pregunta: «¿Desea el menú digital o el físico?» El hombre responde: «¡El físico, por favor! Estoy a dieta de bytes.»