En un partido de fútbol, el árbitro siempre miraba su reloj ansiosamente. Un jugador curioso le preguntó: «¿Está esperando que se acabe el tiempo?» El árbitro respondió: «No, estoy esperando que mi pizza llegue antes de que acabe en tiempo extra». La sorpresa fue cuando la pizza llegó, ¡y el árbitro sacó una tarjeta roja por fuera de lugar!