¿Por qué los habitantes de la Isla del Coco siempre están tan contentos? Porque allí no hay preocupaciones, solo cocos. Y cuando uno está deprimido, lo único que necesita es un rato bajo el cocotero, que les proporciona sombrilla y comida al mismo tiempo. El problema es cuando intentan hablar con los cocos: esos nunca tienen una respuesta sólida, ¡son puros cascarrabias!